domingo, 28 de junio de 2009

Manifiesto del Emprendedor


“Soy un emprendedor. Tengo iniciativa y visión y valor, pero no mucho dinero. Tendré éxito porque mis esfuerzos y mi foco venderán a competidores más grandes y con mejor financiación. No tengo miedo. Mantengo mi foco en el crecimiento de la empresa, no en politiqueos, la carrera profesional ni otras distracciones ineficientes.
Mejoraré mis habilidades para convertirme en la clave de cada departamento de mi empresa, pero seré consciente de que contratar expertos puede ser el secreto de mi éxito. Seré un ferviente e inteligente usuario de tecnología, para conservar mis dos activos más preciados: tiempo y dinero.
Mi arma secreta es saber cómo eliminar la burocracia. Mi tamaño me hace más rápido y más ágil de lo que puede ser cualquier empresa.
Soy un rayo láser. Las oportunidades intentarán nublar mi foco, pero no dudaré de mi objetivo y mi plan; hasta que lo cambie. Y sé que los planes están hechos para ser cambiados.
Estoy en esto por el largo plazo. Construir un negocio que durará me diferencia del oportunista, y es una inversión en mi marca y mi futuro. El éxito es sobrevivir, y cada día que pasa hace más fácil alcanzar mis objetivos.
Me comprometo a saber más sobre mi campo que cualquier otro. Leeré y aprenderé y enseñaré. Mi mayor activo es el valor que puedo aportar a mis clientes mediante mi esfuerzo.
Soy consciente de que tratar a la gente bien cuando esté subiendo lo hará más fácil cuando baje. Seré escrupulosamente honesto y abierto en mis tratos, y no usaré mi posición como emprendedor intrépido para conseguir ventajas injustas. Mi reputación me seguirá adonde vaya, e invertiré en ella a diario y la protegeré fieramente.
Soy el desvalido. Soy consciente de que otros me apoyan para que tenga éxito, y aceptaré agradecido su ayuda cuando me la ofrezcan. También entiendo el poder de los favores, y los ofreceré y concederé cada vez que pueda.
Tengo menos que perder que la mayoría; un hecho que puedo convertir en una importante ventaja competitiva.
Soy un vendedor. Antes o después, mis ingresos dependerán de las ventas, y esas ventas solo puedo hacerlas yo, no un emisario, no un representante. Venderé ayudando a otros a conseguir lo que quieren, identificando necesidades y cubriéndolas.
Soy un guerrillero. Seré persistente, consistente, y estaré dispuesto a invertir en el marketing de mí mismo y mi negocio.
Mediré lo que hago, y no mentiré sobre ello a mí mismo o a mi pareja. Estableceré objetivos financieros estrictos y evaluaré honestamente mi rendimiento. Estableceré límites sobre el tiempo y el dinero y no excederé ninguno.
Sobre todo, recordaré que el viaje es la recompensa. Aprenderé y creceré y disfrutaré todos y cada uno de los días.”

Leído en Desencadenado

No hay comentarios:

Publicar un comentario