Hablando de productos, un empaque o envoltura persigue atraer miradas, desviar la atención del consumidor hacia nuestra oferta para que el siguiente paso sea la elección de entre otros productos.
Claro que ésta brecha se cierra aún más cuando la oferta está precedida de una comunicación o una campaña que cobije al producto, sin embargo NO ES UN FACTOR EXCLUSIVO NI DETERMINANTE.
Si el empaque logra cautivar y establecer un buen "rapport" la fase de convencimiento dependerá de las bondades del producto, de si cumple con lo que promete, de lo que se entrega al consumidor lo lleve a la fase de ASOCIACIÓN entre la marca, el empaque y los beneficios. Y entonces si pasa todas las etapas tendrá la tan codiciada PREFERENCIA del consumidor.
Atendiendo ahora a los servicios, su carácter de intangibles los hace un poco más compicados de empacar. Sin embargo, es aquí donde el elemento de distinción cobra importancia.
Si tomamos todos los elementos que le IMPORTAN al cliente entonces podemos configurar una serie de PAQUETES para cada tipo de cliente.
Hoy es un tanto mas difícil hacer una distinción pura de productos y servicios, hay productos que nos sirven y servicios que producen, pero algo es cierto, la ecuación para que funcionen adecuadamente descansa cada vez mas en la "envoltura" con que vienen y se entregan al consumidor.
Un buen empaque puede convertir a tus clientes en miembros de por vida y eso...NO TIENE PRECIO.
Hoy mas que nunca una estrategia efectiva de comunicación comienza desde el empaque y no sólo desde la publicidad.
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